¿Para dónde vamos?

En la opinión de la mayor parte de los científicos, a ninguna parte. Nacemos, vivimos y morimos. Y eso es todo.

Sin embargo, si limitamos el alcance del tema, si lo comprimimos dentro de los límites del ámbito material visible, verificaremos que la historia es muy otra.

Pregúnteseles a los discípulos de la ciencia: “¿Hacia dónde va la humanidad con su progreso material?” y un mundo de fantásticas posibilidades se abrirá inmediatamente. Con sorprendente paciencia e insospechable didáctica, ellos discurrirán con verdadero placer, sobre las maravillas que nos esperan. Veamos, pues, que es lo que vaticinan los profetas científicos:

Para empezar, muchos predican simplemente que la ciencia vencerá a la muerte. Y, por increible que parezca, el rebaño de los que se convierten a ese evangelio de eternidad material, crece sin parar. Algunos de los fieles, especialmente agraciados, ya fueron incluso, ungidos con la criogenización, un proceso de congelamiento de cadáveres a una temperatura de 196 grados negativos. Junto con sus cuerpos, esos elegidos, conservan en un freezer, la sagrada esperanza de, un día, ser resucitados por la ciencia, en una especie de horno de microondas…

La segunda mayor preocupación de los futurólogos de la ciencia, en seguida de haberse desincumbido de este asunto de la inmortalidad del alma, está dirigida hacia el Sol. Sí, porque actualmente se estima que el sol, continuará a brillar normalmente, por un máximo de 1,1 billón de años. Después se hinchará descomunalmente, engulléndose a los planetas más próximos, entre los cuales, la Tierra. En ese punto, evidentemente, toda la vida se extinguirá, incluidos ahí, los hasta entonces felices e inmortales, seres humanos terrenos.

Las disposiciones para contornear ese contratiempo ya están siendo tomadas desde hace años. Agárrense:

Ya en 1960 se imaginaba que la humanidad del futuro podría construir abrigos subterráneos, salubres y climatizados, para el caso de que el Sol no derritiera la Tierra, o entonces, que sería posible transportar a la población del globo, para un planeta en donde el calor fuera menos intenso. El elegido fue Neptuno.

Actualmente, esas ideas han sido ya, considerablemente perfeccionadas. Reafirmando su creencia en el poder de la tecnología para salvar a la humanidad, un famoso cosmólogo explicó que los seres humanos del futuro, se van a cambiar para otro Universo, o entonces, libertarse de sus cuerpos para sobrevivir en forma de pensamientos… Otro científico, tiene una visión de la construcción de fábricas en Marte, para la producción de metano y amoníaco, que serán liberados continuamente en la atmósfera marciana. Una vez hecho esto, basta con introducir en el planeta algunas plantas y bacterias especializadas en la transformación de gases, y en poco tiempo, tendremos oxígeno en abundancia. ¡Pronto! Un nuevo hogar para los inmigrantes humanos…

En nuestros días, también hay gente que quiere descubrir un medio de llevar la Tierra a una distancia más segura del Sol. Otros creen que debemos cambiarnos para las lunas de Júpiter y Saturno. Algunos, más optimistas todavía, con relación a la capacidad de realización humana, prevén que serán construidas ciudades espaciales alrededor del Sol, las que, con el tiempo, se irán juntando unas con otras hasta envolver a toda la estrella en una gran esfera artificial. El material necesario para la construcción sería cómodamente obtenido, deshaciéndose el planeta Júpiter. Los que encuentran esta idea, digamos, un tanto excéntrica, se contentan con el montaje, no de una esfera, sino de apenas, un anillo artificial alrededor del Sol…

Finalmente, también la Tierra precisaría ser desmantelada, para proveer el material necesario para la construcción de nuevos mundos. También se prevé habitar asteroides huecos, llenos de aire, y la construcción de ciudades en mini planetas, protegidas por cúpulas.

En las palabras de un respetado científico, esas son “las propuestas sobrias del espectro de especulaciones acerca del futuro del hombre en el espacio…”

Existen, efectivamente, hasta algunas propuestas para controlar el Sol. ¡Los que están en lo alto de ese desvarío psiquiátrico, están convencidos de que la humanidad va a poder controlar incluso, varias estrellas! El autor de un libro considerado científico ( y por lo tanto, serio), sobre el futuro del ser humano afirma textualmente: “Si hay alguna ley fundamental que dice que no podremos, en los próximos millones de años, ocupar y explorar nuestra galaxia, con sus cien billones de soles, entonces, hasta el momento, esa ley nos es desconocida.” ¡Qué poder ilimitado está, pues, reservado a la criatura humana en este glorioso porvenir!

Ilimitadas realmente, son la arrogancia y la pretensión humanas, que solamente compiten con la fantasía mórbida generada por un intelecto destorcido.

Excrecencias del raciocinio, todas esas cosas, que actúan atrayendo, incomprensiblemente, a tantas personas realmente buenas y sinceras.

Y así va, despreocupadamente trotando rumbo al abismo, una considerable parcela de la humanidad, que inadvertidamente, hizo de la ciencia su divinidad. Ojalá que algunos, de entre ellos, perciban a tiempo, que las profecías sobre los falsos profetas no se referían solamente, a dirigentes de doctrinas religiosas.

Roberto C. P. Junior